
MIRAMAR DE ANSENUZA: SE CUMPLEN 28 AÑOS DE LAS DEMOLICIONES
15 septiembre, 2020Un hecho histórico que simbolizó la decisión de resurgir de la tragedia para apostar al futuro
Este 15 de septiembre se cumplen 28 años de que personal del Ejército Argentino iniciara las demoliciones controladas de los restos de construcciones que fueron anegadas por la inundación en Miramar de Ansenuza.

El suceso marcó de alguna manera el comienzo del resurgir para la localidad de la catástrofe natural que afecto el centro turístico, amenazando incluso con la extinción de un poblado que hasta ese entonces mostraba su esplendor como uno de los más convocantes de la provincia de Córdoba en materia de turismo.
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Pero la determinación de sus habitantes de dar pelea a pesar de tanto dolor, abrió la oportunidad para seguir adelante. Hoy Miramar es la perla del turismo cordobés, pero recuerda esa historia de un camino de sacrificios y sensaciones encontradas.

La historiadora Mariana Zapata nos cuenta en este relato extraído de su sitio “Había una vez”, algunos detalles de ese momento.
Un día como hoy, hace 28 años atrás, comenzaron las demoliciones controladas.Un antes y después en la historia de nuestra localidad. No fue renegar de nuestro pasado, fue buscar herramientas para sobreponerse y que el dolor disminuyera. El Poder Ejecutivo se encontraba en manos del Sr. Intendente Daniel Cerutti, acompañado por Hugo César Lagos y un grupo de ediles que perseguían el mismo fin, recobrar aquella imagen de localidad receptiva de visitantes por excelencia, básicamente, volver a las raíces de aquellos pioneros que plantearon un pueblo con amplia visión turística.
Relato en primera persona:“En 1992 , tenía 18 años, cursaba quinto año en la Escuela Pilota Ministro Macario Carrizo, hacia un tiempo que se comentaba sobre las demoliciones . El pueblo se veía diferente, con otro movimiento, era normal encontrarse con camiones verdes y personal camuflado, transitando por el pueblo. A los más jóvenes nos daba mucha curiosidad , los veíamos en las calles y en balsas negras en la laguna con hombres ranas, buzos tácticos del ejercito explorando profundidades. También era habitual encontrase con medios de prensa de todo el país, y señores de micrófono y llamativas corbatas de colores.
El mes de septiembre fue recibido con muchísima información, en el colegio nos llevaban recortes de diarios, revistas y folletos, anunciando lo inminente del hecho y las medidas de seguridad a tomar. Recuerdo que en una clase de Educación Cívica con la profesora Malva Monasterolo, nos contó sus vivencias en ese Miramar de época de oro , recuerdo sus ojitos vidriosos al traer a la memoria la inundación de su casa, el éxodo, la incertidumbre del momento y esta nueva esperanza ante la demolición. Realmente hasta ese momento no habíamos dimensionado lo que significaba. Dos palabras claves quedaron grabadas en mi: RESURGIR; ESPERANZA.
Llegó el día anunciado, 15 de septiembre de 1992, habíamos salido antes del colegio para poder volver y sumarnos a tantos expectadores, Roberto Cristalli nuestro preceptor, nos dio todas las indicaciones y partimos al lugar reservado para nosotros en un camino tipo arroyo que unía al Hotel Viena. Allí nos encontramos con los chicos del primario y con muchos miramarenses y gente de otras localidades. Se decía que ese día habría dos demoliciones importantes, la primera el Centro Termal Municipal y la segunda el Hotel Marchetti. La prensa estaba diseminada por todos lados, era la primera vez que se produciría en el país este tipo de detonaciones.
Eran las 13:14 hs, comenzó a sonar muy fuerte una alarma, como en películas de guerra, sonó por un minuto… se erizó la piel, se hizo un nudo en la garganta, se escucho un conteo, vibro el piso y una gran implosión hizo desaparecer aquel Centro termal que por años había sido parte del paisaje de aquel pueblo en ruinas que emergía. Recuerdo haber mirado hacia atrás y ver personas llorar y abrazarse. Un primer gran silencio se apodero de todos, y ahí entendí que era necesario…Un gran aplauso cerró el momento, la primera demolición dio inicio a una sucesión de ellas, a algunas el miramarense asistió a otras no. Eran algo más que ladrillos salados, eran historias, eran luchas, eran vivencias…Valoro la decisión y la valentía de llevar a cabo semejante acción, se podrá cuestionar y maldecir, opinar y deliberar pero el miramarense sabe que el nuevo despertar fue posible gracias a este primer gran paso”.
Los años y los diferentes estudios dieron la razón, nada se podía recuperar, el pueblo se construyo en el cauce seco de la Mar Chiquita, los diferentes ciclos de bajantes y subidas hicieron que este espejo de agua volviera a su cauce natural ante el desconocimiento del habitante. Hoy una laguna investigada permanentemente, tenemos línea de ribera y cota máxima, dándole a la localidad un poquito más de tranquilidad y permitiendo un desarrollo sostenido. Esto pasó en Miramar de Ansenuza hace algún tiempo atrás…
Fotos: Había una Vez
